La disciplina escolar constituye uno de los principales elementos del proceso
enseñanza-aprendizaje a través de la
cual los alumnos aprenden a comportarse como miembro de la sociedad, por lo que
se presenta como una cuestión relevante tanto en los contextos educativos como
familiares y sociales. Los profesores, aunque están de acuerdo en que es
necesario un cierto orden en las clases, coinciden en señalar que, en muchas
ocasiones, actuaciones y estrategias para mejorar la disciplina resultan
inoperantes.
Desde
hace décadas la indisciplina, violencia, viene siendo un fenómeno que preocupa
tanto al profesorado como a los responsables de la Administración
Educativa y familia. La preocupación surge por la frecuencia
con la que suceden hechos que alteran y rompen la buena armonía y convivencia
en las aulas y centros educativos
Es
preciso desvincular la disciplina escolar de la disciplina en otros ámbitos y
de restringirlo a sinónimo de autoritarismo. La palabra disciplina escolar no
es del agrado de muchos profesores, sociólogos, psicólogos y pedagogos porque
le surgiere un contenido e idea de rigidez y dominio por parte del profesorado.
Nosotros aquí nos referimos simplemente
al proceso de gobernar, dirigir y organizar la clase y centro de forma armónica
y eficaz, y de ofrecer oportunidades adecuadas para el desarrollo de las
aptitudes de cada alumno, en la que el profesor pueda cumplir su misión especial
de facilitar la labor de aprendizaje, y los alumnos asimilar de buen agrado las
técnicas de disciplina y orientación de sus propias conductas. En esta forma de
entender la disciplina tanto el profesor como los alumnos deben ser conscientes
de la conveniencia de regirse por ciertas normas y así les estamos preparando
para cumplir con las normas sociales.
Indudablemente
que una de las funciones de la disciplina es de socialización o sea, el
aprendizaje de los estándares del comportamiento aprobados y tolerados en una
cultura determinada. Psicológicamente hace referencia a la seguridad emocional
del alumno pues los controles externos le dan más seguridad en sus conductas ya
que su capacidad de auto control es limitada. Ninguna sociedad, por muy sencilla
y rudimentaria que sea,
puede funcionar sin normas, el cumplimiento de esas
normas y el control de su cumplimento. De esta forma estamos enseñando a que los alumnos vivan las normas de clase y así le estamos
preparando para vivir en la sociedad.
Existen
distintos modelos alternativos para que los alumnos logren el aprendizaje de
normas, orden, respeto y convivencia en el aula. Lo importante es que el
profesor se interrogue cuando intenta elegir uno u otro modelo si está de
acorde con su punto de vista acerca de la educación, si responde a los
objetivos de aprendizaje que pretende conseguir, a las características
evolutivas de los alumnos así como a las situaciones especiales de dicho aprendizaje y al proyecto educativo
del centro.
Son
varios los determinantes de la
disciplina escolar y entre otros destacamos, los alumnos, el grupo-clase, los
profesores, equipo directivo, el centro,
zona, familia.
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